Y esta imagen fue la que abrió nuestra comunicación. Adriana mandó el primer WA con está simple pantalla. Nuestro gusto común por las remodelaciones nos dió el pretexto perfecto para comenzar a hablar.

Durante una sesión de cardio por la noche, Mau apostó que si llegábamos a 45 puntos en el entrenamiento (casi nunca alcanzados por Adriana), iríamos a comer tacos. Inexplicablemente, ambos conseguimos la meta. Era una noche lluviosa, pero eso no nos detuvo y fuimos a comer tacos árabes a un lugar cercano. No era una cita realmente, pero ahí nos conocimos más y creo que comenzó a formarse lo que hoy es nuestra relación

Y un día de tantos. Mau se atrevió a invitar a Adriana a salir. El lugar recomendado por David fué Broka, un restaurante en la Roma con comida rica y algo diferente. Pasamos horas hablando de cualquier cosa, literalmente nos corrieron en la madrugrada. Estuvimos riendo, mirándonos, enamorándonos. Y a pesar de que tocamos puntos críticos en nuestra vida, ese día supimos que comenzaba algo especial.

Y la pandemia llegó y nos hizo convivir mas tiempo del que acostumbrabamos. Nos hizo poner en blanco y negro nuestra relación y de manera natural y simple... nos encontramos... nos unimos mas... nos adaptamos. Esta rara prueba de la vida nos enseñó lo fuertes que podemos ser como pareja y el inmenso amor que nos tenemos y proclamamos.

Cenando muy a gusto donde fue nuestra primera cita. Mau nerviosamente comienza a decirme cosas lindas y veo como se le dificulta sacar una cajita de su abrigo. La abre (al revés jeje) y se hinca frente a mi y me dice “¿Te quieres casar conmigo?” Sin pensarlo un segundo le dije que Si! Y lo abrazo, comenzamos a llorar y a decirnos que nos amamos.

Después del fuerte abrazo, decidimos sentarnos para que me pusiera el 💍. (Hermoso y perfecto para mi). Comenzamos a platicar unos segundos sobre la experiencia y de repente, a lo lejos, escuchamos algo que parecía una alerta sísmica 📣 (lo era). Salimos con cubreboca en mano😷 🦠 y segundos después de llegar a la calle comienza a temblar. (Fuerte, seguro ustedes lo sintieron) se comienza a inundar de destellos el cielo como nunca había visto. (Quien me conoce sabe que los fenómenos naturales me generan un estado de fascinación). Comienzo a reírme (si, si, a medio temblor, en tacones manteniendo el equilibrio, con un edificio que aventaba oleadas de agua por su alberca en la azotea, con gente asustada a nuestro alrededor y con el retumbo de sonidos y luces del cielo). “Solo a mi me puede pasar esto” -pensé.

Mau definitivamente se esforzó por hacer el día inolvidable, quiero pensar que hasta la tierra retumbó por el amor y la felicidad que nos proclamamos.